Hay días que te da por comprar cosas que están de oferta y luego te olvidas y cuando te das cuenta están a punto de echarse a perder... jajaja. Eso me pasó a mi con los mangos, que me encantan de cualquier forma. Los encontré muy bien de precio y compré bastantes... Gasté unos cuantos y el resto ahí se quedaron, en la nevera, hasta que me di cuenta al cabo de un tiempo. Y como me gusta ir haciendo cosas nuevas, porque comer siempre lo mismo es muy aburrido, pues comencé a mirar a ver en qué podía gastar los mangos...
Buscando por mi archivo personal de recetas pendientes de hacer, di con ésta receta, que estaba explicada un poco de mala manera ya que la apunté a mano mientras veía el Canal Cocina, pero que tenía muy buena pinta.
Os he de decir que con estas cantidades hay para un regimiento, pero que está tan bueno que desaparecerán en un momento... jajaja. Si no queréis hacer tanto, podéis poner la mitad.
También os tengo que decir que no sabía qué nombre ponerle, porque no es bien bien una mousse de chocolate blanco. La mousse lleva claras de huevo y esto no.
Un aviso: Normalmente pongo recetas bastante fáciles de hacer, pero esta, es un pelín puñetera. Para mezclar el chocolate blanco con la nata, el chocolate blanco tiene que estar derretido, pero a temperatura ambiente. Si no lo hacéis así, tendréis una textura como granulada. No pasa nada. Sigue estando riquísima también. (lo sé porque lo hice dos veces. La primera salió granulada y la segunda no). Si os sale una textura granulada tendréis problemas si le ponéis una boquilla muy estrecha o muy cerrada.
Por lo tanto, por si las moscas, si le ponéis una boquilla a la manga pastelera para la mousse de chocolate blanco, mejor que sea de estrella bastante abierta, porque si la boquilla es estrecha o muy cerrada y os queda esa textura granulada, no habrá manera de que salga nada.